lunes, 28 de junio de 2010

ESCUCHANDO LOS GRILLOS CANTAR


La luciérnagas han comenzado a brillar,
el sitio donde antes yacía tu cuerpo
ahora lo ocupa el gélido viento
No te he visto en días.
No te he visto en semanas.
La calidez de tu cuerpo ya no la extraño
y la prontitud de tus besos ya no los anhelo.
La decepción tocó a mi puerta aquella vez
y salió a recibirla una gran sonrisa.
Mi alma sobresalió al golpe de la verdad
y ahora alza la copa de la tranquilidad en su vida.
Espero las hojas de otoño no caigan en tu jardín sin flores.
Espero las campanas funerarias no suenen en tu iglesia,
solo espero que el brillo del sol ilumine tu mente
y puedas ver mas allá de la puesta de sol.
Sé que no te extrañare pues la fortaleza
estará presente dentro de la caja de sorpresas
y saltará como el triste payaso en el momento preciso de necesidad.
Allí va el barco, hundiéndose en la maleza.
Allí va tu vida perdiéndose en la oscuridad.